martes, 27 de octubre de 2015

ACTIVIDAD BLOQUE II

Introducción:
La siguiente actividad consiste en una adaptación del cuento folclórico " Toda clase de pieles". Para la adaptación me he basado en niños de segundo ciclo de primaria, en torno a unos 9-10 años.

En lo referente a la adaptación he respetado el esquema principar de la historia, pero he cambiado el motivo por el cual se marcha del que hasta ahora había sido su hogar, ya que para niños de nueve o diez años puede resultar muy chocante que un padre quiera tener hijos con la que es su propia hija 
También he dado nombre a los personajes principales de la historia y he mantenido la simbología de los objetos de la historia inicial, aunque he acortado el número de objetos, y el motivo del uso de cada uno.  

Por otra parte he acortado  la historia, para que no les resulte tan densa y sea más sencilla de seguir.




Toda Clase De Pieles

Érase una vez, en un reino muy lejano vivían unos jóvenes reyes que lo tenían todo, una gran riqueza, gente que les adoraba, y un amor eterno. Sin embargo, para ser completamente felices, les faltaba una única cosa, un descendiente.

Al poco tiempo llegó la buena nueva: los reyes iban a tener un bebé. Pero esta felicidad inmensa se vio frustrada cuando la reina fue diagnosticada por los curanderos de la corte de una enfermedad altamente contagiosa.

La reina tuvo que ser aislada del resto del palacio en la torre más alta y más alejada de los aposentos de su amado, el rey, hasta que tuviera a su deseada hija.

A pesar de la mala suerte de la reina, su hija nació sana y llena de dicha, pues era muy bella. La niña, a quien llamaron Risabella, fue separada de su madre nada más nacer y desde ese preciso momento su padre, el rey, entendió que tendría que ser él quien la cuidara hasta el fin de sus días.

A las pocas semanas del nacimiento de la pequeña, la madre sabía que su fin estaba próximo, pues había gastado todas sus fuerzas para poder ver la cara de preciosa hija. Ante este desenlace, la reina hizo llegar al rey una carta donde le pedía dos deseos en su lecho de muerte. El primero era que le hiciera entrega, cuando ella fuera lo suficientemente mayor, del anillo que la identificaba como perteneciente a esa dinastía real y el colgante de su abuela.  Y el segundo deseo, era que la hiciera casar con su primo hermano, quien habitaba también en el castillo, púes era huérfano y desde entonces vivía con ellos.

Cuando Risabella se hizo lo suficientemente mayor, el padre le entregó los objetos que su madre le había dejado, y le comunicó que debía casarse con su primo hermano Cornelio.

Risabella siempre había soñado desde niña con la idea de amor verdadero y había imaginado que cuando llegara el momento de desposarse con alguien sería por este motivo. Pero Risabella se veía envuelta en un gran dilema, Cornelio era como un hermano para ella, y sentía cariño por él, pero no era un amor verdadero. Por eso, llevó a cabo toda clase de astucias que se le ocurrían para retrasar el casamiento, como pedirle a Cornelio como regalo de boda un vestido de la nieve más pura de las montañas.

Cornelio mandó a los mejores sastres del reino hacerse con la tela blanca más pura y sedosa de todo el mundo. Lo que les llevó casi un año hasta terminarlo.

Sin embargo, ese año pasó fugazmente para Risabella, y la idea del casamiento seguía en pie. Por ello, al verse presionada por la boda con Cornelio y no tener más tretas para retrasarla, decidió escapar del que hasta ahora había sido su hogar, pero no sin antes meter en su hatillo el colgante y el anillo que su madre le dejó, el vestido blanco como la nieve y un abrigo de su padre que se hizo con todas y cada una de las pieles de los animales que conseguía en sus cacerías.  


Risabella escapó al anochecer junto con todas sus pertenencias y marchó apresurada lejos del reino para que nadie pudiera encontrarla.

El abrigo de su padre le ayudó para camuflarse en el bosque, protegerse de las inclemencias del tiempo y de los animales más fieros, quienes la confundían con otros animalillos.

A los pocos días de trayecto a ninguna parte, fue descubierta por una batida de hombres que salían de caza. Los cazadores la encontraron hecha un manojo en lo alto de un árbol e intentaron matarla, pero al instante ella esbozó un susurro que decía: - “No me matéis por favor, tan solo soy un animalillo asustado”- .
Entonces, escuchó que se aproximaba la voz de un joven apuesto al que el resto de hombres llamaban Majestad. Temió porque fuera su primo Cornelio, pero cuando le miró a sus profundos ojos azules, se dio cuenta de que se trataba de un apuesto príncipe de uno de los reinos vecinos.

Dicho príncipe, llamado Marco, le ofreció cobijo en su castillo a cambio de un tributo que tendría que pagar. Risabella, al no tener dinero, tuvo que darle el colgante de oro que le había dejado su madre como legado.

Risabella se adaptó con facilidad al nuevo reino, cada día ella y el príncipe Marco pasaban tiempo juntos, y eso hizo que se fueran enamorando cada vez más.

Pasado un tiempo los padres de Marco le obligaron a casarse. Fue entonces cuando Marco empezó a soñar con la posibilidad de casarse con Risabella, pero él sabía que sus padres nunca lo permitirían porque no era de la realeza.

Al contarle este problema a Risabella, ella decidió contarle su verdadera historia y enseñarle el anillo que su madre le legó y que la identificaba como perteneciente a una de las mejores dinastías reales del lugar.

En ese momento el príncipe supo que sería feliz el resto de su vida y la desposó. A los pocos días se casaron y ella pudo al fin lucir el vestido tan blanco como la nieve que siempre le recordaría a su querida familia.